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Empieza de Cero en el Ejercicio

Descubre si tus objetivos son tus propios obstáculos


Hoy en día es muy fácil entender con claridad la gran importancia de hacer ejercicio, principalmente para mejorar nuestra salud, pero también para aprovechar los beneficios adicionales, como una buena imagen y sensaciones de bienestar físico y mental, sin embargo, poner en práctica actividades nuevas en nuestra vida, cuando llevamos muchos años con rutinas arraigadas y mayormente sedentarias, es muy complicado. No sólo nos enfrentaremos a la resistencia propia de nuestro cuerpo, sino también de nuestra mente. Recordemos que somos seres de hábitos, no nos gustan los cambios y buscamos siempre y de manera natural lo más fácil, lo que no nos genere sensaciones desagradables o lo que no sea complicado y esto puede influir para distorsionar los objetivos que quisiéramos lograr y así quedar expuestos fácilmente a frustraciones o fracasos que nos harán sentir desanimados y con ganas de renunciar.


Fijar objetivos claros es de suma importancia, pero es la mitad del trabajo y debemos complementar nuestra preparación para emprender este reto con el conocimiento de los obstáculos que encontraremos. Esto en conjunto, nos permitirá estar listos para ir en búsqueda del éxito.


A continuación, te daremos información relevante para que definas tus objetivos e identifiques tus obstáculos de manera eficiente.



OBJETIVOS


Lo que deseamos al iniciar una práctica deportiva puede ser tan específico o general como se nos ocurra, pero debemos pensar de manera estratégica para lograr mejores resultados.

Lo primero que debemos hacer es identificar los tipos de Objetivos que podemos tener y sus características.


Los objetivos pueden ser Realistas o Fantásticos y para definir de qué tipo son los nuestros debemos evaluar 3 aspectos:

1. Nuestro estado inicial

2. El estado deseado

3. Los recursos con los que contamos


Lo objetivos Realistas tienen las siguientes características:


El estado deseado debe ser:

• Medible.

Tenemos en mente, las medidas que deseamos, los pesos, las tallas, o algunos indicadores claros de que nuestra condición física está teniendo avances, como el tiempo que aguantamos realizando la actividad física, las repeticiones que logramos, el tiempo que tardamos en recuperarnos.

• Específico

Definimos claramente si buscamos sólo salud, mejorar nuestra condición física o queremos una buena imagen. Qué tipo de cuerpo quisiéramos tener o que habilidades físicas queremos mejorar.

• En tiempo

Tenemos una fecha en la que queremos ver resultados

• Alcanzable

Este punto requiere un trabajo de análisis para saber si los recursos que tengo son suficientes para lograr mi objetivo en el tiempo y de forma deseados o tengo que ajustarlo.



El estado Inicial debe ser:

• Medible

Si podemos cuantificar nuestra condición actual, conocer nuestras medidas, peso, talla, volumen, podemos estar seguros que no estamos distorsionando nuestra autoimagen, calificándonos de manera exagerada. Nos limitamos a describirnos de manera real.

• Específico

Tenemos claro cual es la parte de nuestro cuerpo que no nos gusta, o la condición que queremos cambiar


El estado inicial y el objetivo deseado se pueden ejemplificar como un viaje que queremos hacer, primero debemos saber a qué lugar queremos ir, pero es importante identificar dónde estamos situados exactamente para poder fijar la mejor ruta. Tener datos equivocados de nuestro punto de partida o de llegada afecta todos los planes y nos podemos perder.




Lo objetivos Fantásticos carecen de las características anteriores


El estado deseado no es:

• Medible.

No conocemos tallas, pesos, tiempos

• No es específico

Vemos nuestros objetivos de manera muy general

• No es alcanzable

Lo que buscamos no es posible por que en general no tenemos los recursos suficientes.

• No consideramos tiempos

No hemos planeado un tiempo para llegar a los objetivos, sólo sabemos que los deseamos


El estado Inicial no es

• Medible ni específico

Podemos sobrevalorar o devaluar el estado actual en el que nos encontramos, nos autocalificamos de manera exagerada y no conocemos nuestras medidas y condición exacta.


NUESTROS RECURSOS


Los recursos son las herramientas con las que contamos para lograr nuestros objetivos, pero muchas veces no llevamos a cabo una medición consciente de cada uno de ellos, aceptando el nivel real que tienen, es decir: tal vez al inicio, el entusiasmo por empezar nuestro cambio nos lleva a pensar que podemos hacer ejercicio todos los días una hora, cuando en realidad nuestra rutina diaria aún no está lista para abrir ese espacio de tiempo, o nuestra energía no alcanza para cubrir una hora completa de ejercicio. Empezar así nuestro entrenamiento seguramente nos llevara muy rápidamente a la decepción y frustración.


Es por esto que cada uno de los siguientes recursos deberá ser evaluado de manera objetiva y definir realmente cada uno de ellos.


• Tiempo

¿Cuánto tiempo tengo al día para entrenar?

• Energía

¿Con la rutina de mi día que tanta energía me queda disponible para la actividad física?

• Espacio

¿Cuento con un lugar para hacer mi actividad?

• Genética

¿Qué tipo de cuerpo tengo, cómo metabolizo las grasas, qué papel juegan mis hormonas?

• Motivación

¿Qué tan comprometido y entusiasmado estoy por empezar este reto?

• Apoyos externos

¿Estoy haciendo ejercicio con algún grupo? ¿tengo un coach que me impulsa a esforzarme? ¿tengo asesoría durante el proceso?


Entre más realista evalúes estos recursos, más posibilidades tendrás de estructurar un entrenamiento que logres con éxito. Recuerda que nuestro cuerpo rechaza cualquier esfuerzo y cambio de hábitos, de tal manera que la estrategia tendrá que ser introducir una rutina que vaya exigiendo cierto esfuerzo de manera gradual.


OBSTÁCULOS


No podemos pensar en vencer a un enemigo que no conocemos, por ello es indispensable identificar las características de aquello a lo que nos enfrentamos:


Los obstáculos a vencer son de dos tipos: Psicológicos y Físicos


Los obstáculos Psicológicos son la Motivación


Los obstáculos Físicos son la Genética y situaciones de salud.


Adicionalmente tenemos obstáculos que al mismo tiempo son tanto psicológicos como físicos y son los siguientes:


· Tiempo

· Energía

· Espacio


Primero observemos que nuestros obstáculos son casi los mismos que nuestros recursos, los mismos factores pueden ser una ayuda o un problema y cuando son un problema debemos indagar si son físicos o son psicológicos.


Un elemento más que nos va a permitir diferenciarlos es nuestro nivel de negación, que es la resistencia hasta cierto nivel inconsciente a realizar cambios en nuestras rutinas.


Un nivel de negación alto nos llevará a pensar que no tenemos tiempo o energía, un lugar o dinero para empezar un cambio de vida, mientras un nivel de negación bajo nos ayudará a pensar en posibilidades: qué puedo dejar de hacer para tener tiempo, qué tanto me entusiasma el cambio que busco que en automático tengo ganas o energía de hacerlo, qué puedo dejar de comprar para pagar por la ayuda que necesito.


El mejor ejemplo de cómo los obstáculos se pueden transformar de físicos a psicológicos es cuando nos encontramos sin pareja, tal vez desanimados en algunos momentos, sin muchas ganas de hacer cosas, poniendo pretextos para salir o hacer algunas actividades y recurrimos a decir que no tenemos tiempo o dinero o que estamos cansados, pero, ¿qué pasa cuando conocemos a ese ”alguien” que nos mueve el tapete y nos damos cuenta que el interés es recíproco? Como por arte de magia, tenemos todas las ganas y energía para salir, conseguimos el dinero, el tiempo y nos encontramos súper motivados. Observemos que los obstáculos que antes los sentíamos muy reales, desaparecen de un momento a otro.


Esperamos que esta información te haga saber la importancia que tiene el autoconocimiento y la aceptación del verdadero nivel en el que están nuestros recursos, nuestra disposición al cambio y el realismo de lo que queremos. El principal obstáculo para nuestro éxito en todos los ámbitos somos nosotros mismos y la clave es conocernos para evitar pelear con nosotros y buscar cambios graduales y éxitos pequeños pero seguros, para convertir cada paso en un logro que nos motive para el siguiente.



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